MADRID.- Patricia Highsmith, la "artista del mal", como la define su editor en español, Jorge Herralde, vuelve con fuerza veinte años después de su muerte: Anagrama "rescata" la integralidad de su obra y el cine adapta varias de sus novelas.
Highsmith era la "artista del mal", una mujer que destilaba "humor negro", "lacónico", "sarcástico" y "socarrón", rememora a Efe Herralde, que destaca su "calidad literaria y su fantástica capacidad de creación de atmósferas perturbadoras y de personajes inolvidables", como Tom Ripley, el más icónico.
"El talento de Mr.Ripley", "Extraños en un tren", "Crímenes imaginarios", "Ese dulce mal", "El grito de la lechuza" y "El diario de Edith" son las seis novelas reeditadas ahora, al mismo tiempo en España y América, por Anagrama como lanzamiento de la "Biblioteca Patricia Highsmith" en su Colección Compactos de novela negra.
El mensaje, según Herralde, es que Anagrama, que tiene los derechos en español sobre la obra de Highsmith (veintidós novelas, siete libros de relatos y un ensayo), "apuesta muy fuertemente" por el "rescate" de la singular obra de una mujer nada convencional que ha pasado en los últimos años, como "tantos autores", por un "inmerecido purgatorio" de descenso de ventas.
Coincidiendo con el "boom" mundial de la novela negra se ha producido un renovado interés internacional por los libros de esta autora, considerada como una de las mejores escritoras de su generación, en la que figuran sus amigos Jane Bowles, Aaron Copland, Jerry Robbins, John Gieldud, Carson MacCullers, Arthur Koestler y Wolfgang Hildesheimer y W.H. Auden.
Un auténtico "revival" de Highsmith, que está siendo relanzada también, además de por Anagrama, por W.W. Norton, la editorial independiente más prestigiosa de Estados Unidos, la feminista británica Virago, la italiana Bompiani y la suiza Diogenes, a la que la autora, fallecida en 1995, nombró albacea de su obra.
También el séptimo arte se suma a este resucitar de Highsmith. Todd Haynes ha concluido el rodaje de "Carol", protagonizada por Catte Blanchett y Rooney Mara; adaptación de la novela del mismo título que escribió a sus 27 años y que narra el amor entre dos mujeres a principios de la década de los años 50 del siglo XX.
Insólita en su tiempo porque la relación lésbica no termina mal, la novela fue publicada en 1951 como "El precio de la sal" y con el seudónimo de Claire Morgan. En 1989, la reimprimió con su verdadera identidad, con el título "Carol" y con un prólogo en el que mostraba su satisfacción por haber mostrado esperanza a otras lesbianas.
En marcha está una versión de "El cuchillo", con Andy Goddard en la dirección y Patrick Wilson y Jessica Biel como protagonistas, y se negocian adaptaciones de "Mar de fondo" y "Ese dulce mal".
Negociaciones que llegaron a buen puerto para la versión que el realizador David Fincher y el actor Ben Affleck harán del clásico de Alfred Hitchcock, "Strangers on a Train", basada a su vez en la primera y exitosa novela publicada por Highsmith en 1950, y con cuyos derechos cinematográficos pudo conocer Europa en un viaje que le inspiró la primera de las cinco historias de Tom Ripley.
Fue Alain Delon el primer actor en dar vida al considerado como más carismático psicópata de la literatura moderna en "À plein soleil" (1960), versión para el cine de "El talento de Mr. Ripley".
"He perdido la sensación del bien y del mal", escribió Highsmith en su diario cuando terminó de escribir esa novela que ejerció en ella un poder liberador de la moral convencional y que volvería a ser adaptada para la gran pantalla por Anthony Minghella en "The Talented Mr. Ripley" (1999), con Matt Damon de protagonista, y por Liliana Cavani en "Ripley's Game" (2002), con John Malkovich.
Wim Wenders, Claude Miller, Claude Chabrol o Sydney Pollack forman parte de la larga lista de cineastas atrapados por el magnetismo de las novelas de Highsmith, cuya obra estuvo marcada por la relación de amor-odio con su madre y su homosexualidad.
Hija no deseada, sus padres -diseñadores gráficos- se separaron antes de que naciera el 19 de enero de 1921 en Fort Worth (Texas). Creció con su abuela hasta los seis años, cuando se fue a vivir a Nueva York con su madre y su padrastro, de quien adoptó el apellido.
Creció con sentimiento de abandono, con un "intenso odio" que le hacía tener "sentimientos asesinos", escribió en sus diarios.
La temprana conciencia de su homosexualidad también marco su obra y su vida, cuya mayor parte transcurrió en Europa, especialmente en Francia y Suiza, donde murió y reposan sus restos.
La sucesión de sus atormentados romances, su alcoholismo, su tabaquismo, su miedo a la locura, su carácter difícil quedaron en segundo plano frente a su arrolladora fuerza creativa. Sus novelas y relatos son tan perturbadores como adictivos.
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