miércoles, 21 de enero de 2015

Juan Pablo Villalobos recorre la historia de México en "Te vendo un perro".

"Puede parecer una novela seria por la situación en que está México, pero es una tragicomedia".


BARCELONA. El escritor mexicano Juan Pablo Villalobos recorre la historia de México de los últimos 80 años en su tercera novela, "Te vendo un perro", que este martes ha definido como "una tragicomedia", que nació con la excusa de hablar del pintor Manuel González Serrano.

Villalobos ha dicho en la presentación de su tercera novela que "tiene una historia muy antigua", porque era la primera que quería escribir en 2003, cuando llegó a Barcelona y paseaba por las bibliotecas de la ciudad leyendo libros sobre pintores "esquizofrénicos y marginados".

Su intención inicial era escribir sobre un pintor olvidado que había nacido en su localidad natal, Lagos de Moreno, Manuel González Serrano (1917-1960), tío abuelo de un amigo de la infancia, que coincidió con Frida Kahlo y Diego Rivera en la primer mitad del siglo XX, la época dorada del arte mexicano.

Esa obra debía ser una novela histórica, pero el autor de "Fiesta en la madriguera" no consiguió que prosperara después de abandonar varios borradores y, cuando una década después retomó el proyecto, volvió a encontrar problemas para hacerlo, porque, en realidad, no quería escribir una novela histórica, como recuerda: "Tardé once versiones en darme cuenta de que la manera de hacerlo era convertirlo en personaje marginal, como lo era del arte mexicano".

Villalobos quería reflexionar sobre la memoria y el olvido y sobre cómo se construye el canon literario y artístico, pero la novela atiende además la situación política mexicana de los últimos años, con la historia de las personas desaparecidas y enterradas en fosas.

"Puede parecer una novela seria por la situación en que está México, pero es una tragicomedia, porque estos temas aparentemente tan serios son tratados de manera muy sarcástica", comenta el autor, quien parte de la experiencia del personaje de Teo, el narrador y protagonista, que vive en un edificio y que recuerda en fragmentos sus casi 80 años de vida, que es como recorrer la historia de México de ese período.

"Te vendo un perro" (Anagrama) es, a decir de Villalobos, "la oportunidad para rescatar la historia de Manuel González Serrano, la influencia de la teoría estética de Adorno o el caso de los desaparecidos en México y que la policía ni se preocupa por buscar y que la propia sociedad acepta como algo normal".

Considera el escritor que el caso de los desaparecidos de Iguala "no ha sido una sorpresa, porque estaba anunciado que sucedería y, de hecho, ha habido episodios iguales o incluso más graves, como los 200 o 300 desaparecidos en una noche en Sonora, la matanza de latinoamericanos en la frontera, casos que son consecuencia lógica de la descomposición del Estado mexicano".

La novela habla mucho de la muerte, pero también del "miedo, terror, vergüenza, humillación y rabia que sacude a la sociedad".

Para la escritura de "Te vendo un perro", Villalobos leyó ensayos sobre arte y entrevistas con Miró y Lucien Freud.

Los protagonistas son "unos viejos muy infantiles" y esa infantilización es también una postura de Adorno, que apostaba por "infantilizar el arte y rebelarse contra la solemnidad del arte", pero la única manera que tenía el autor de hablar de Manuel González Serrano era colocando a un personaje que lo hubiera conocido en su adolescencia, por tanto, cercano a los 80 años.

La vida rutinaria del edificio en el que vive un grupo de ancianos se rompe con la irrupción de la juventud encarnada, entre otros, por varios "personajes cliché", como Mao -maoísta clandestino- o Willem -mormón de Utah-.

"Clichés que dan mucho juego para lo cómico y con los que el lector rápidamente se identifica, sin necesidad de tener que ahondar en la psicología del personaje", explica.

Se trata pues de una exploración de los límites del humor a través de temas más serios y el límite, añade Villalobos, está perfectamente marcado con Albert Cohen que "hablaba con humor del holocausto pero él era judío".

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