sábado, 7 de febrero de 2015

Un nuevo libro de Giovanni Di Pietro.

NUESTRA NARRATIVA NO ACEPTA LA CRÍTICA, POR ESO NO CRECE NI SE INTERNACIONALIZA.

Alex Ferreras
Santo Domingo
La función esencial de un crítico con formación es la de evaluar y seleccionar de entre un cuerpo de obras literarias las que logran mantener un equilibrio entre los diferentes componentes que lo conforman. Si uno de ellos falla, fracasa la obra. Tan sencillo como suena. Pero también él está consciente de la tradición dentro de la cual se inscribe la obra que estudia, de los principios estéticos y metodológicos que formula, de la pertinencia, la utilidad y el sistema de valores que encierra la obra para el lector. De esta suerte, se convierte en un maestro moral al igual que el autor que resulte ser tal. No por azar está en una vigilia constante para determinar cómo este incorpora idéntico orden en su obra.
Giovanni Di Pietro, no hay dudas, es un crítico moral. En el ejercicio de su oficio se cuida de descubrir en los textos narrativos, ensayísticos y dramáticos que estudia aquellos aspectos que no entren en liza con el conjunto de valores morales que orienta la sociedad que le dio a luz. No es fortuito que haya terminado un tanto escandalizado por obras que promuevan antivalores en la sociedad dominicana como las de la novela del tíguere, la del chulo, la de la vampiresa, la de los palomos y otras varias, igual por él analizadas en otros libros posteriores. Pone de realce cuáles de esas obras moralmente válidas ensanchan los horizontes humanos del lector, las que lo ayudan a desarrollar en él su sentido crítico, su inteligencia y su sensibilidad.
Ausencia de crítica

En un medio cultural limitado como el dominicano, acostumbrado a la crítica periodística, por tanto, complaciente, superficial y perceptiva, la crítica académica del maestro Giovanni ha venido a alertar al lector dominicano de los esperpentos de creaciones literarias que han pretendido elevarse a un sitial en las letras dominicanas que no les corresponde, y en su lugar destaca aquellas que sí poseen un valor estético y literario incuestionable.

Si de algo debemos estar seguros es que en sus casi tres decenios de ejercicio crítico en la literatura dominicana, Di Pietro penetra en las interioridades de las obras que analiza y nos demuestra con detalles el porqué ellas no funcionan, cuando es esa la suerte que les toca. Pero lo propio pasa con aquellas que logran calidad estética y literaria. Evita de este modo entregarse a generalizaciones y abstracciones a las que nos tiene habituados la crítica teórica, que más que centrarse en hablar en sí de los textos que dicen estudiar, aspiran a que como lectores presenciemos las acrobacias y otros malabarismos con que exhiben los métodos que venden como fórmulas mágicas. 
Si es cierto que Giovanni dio a conocer su metodología crítica en esa ocasión, una razón que llevó a escandalizar al presentador del citado libro, que también es un crítico, pero de otra escuela, no lo es menos que en este nuevo estudio, que contiene los primeros ensayos críticos que escribiera en aquel lejano decenio de los ochenta, es el único en su género que se ha hecho en la República Dominicana por varias razones importantes. Una de ellas es el valor de ser precursor en un campo aún virgen como el estudio de la novelística dominicana en su conjunto. Otra es que el mismo crítico se estrena en el ejercicio de su oficio como tal; y una última es el valor sicológico y artístico que acusa, por la sencilla razón de que en sus páginas descubrimos a un escritor neófito que comparte con su lector sus experiencias tempranas en el uso de su método a medida que se aproxima al texto que estudia. 
Ejemplos
 
Mirando en retrospectiva, se advierte a la distancia que la novela “La otra Penélope”, de Andrés L. Mateo, es para el crítico italo-canadiense paradigmática de la inhabilidad en el novelista dominicano de los últimos tiempos de crear un texto narrativo que funcione a un nivel tal en estricto orden a las técnicas de ficción narrativa. De modo que los ensayos contenidos en la presente obra es revelador de cuál será la naturaleza en la que resultarán los estudios y evaluaciones que emprenderá Di Pietro en la novela dominicana contemporánea.

Es de esa forma que salen a flote los sentimientos, las ideas y las apreciaciones de Giovanni como crítico, en fin, sus reacciones, que hablan con claridad premonitoria de lo que sería la metodología que terminará por adoptar en sus obras siguientes, un total de veinte y dos hasta la fecha. De ahí el significado que tienen como confesión estos primeros ensayos de mi amigo y maestro, y más para los jóvenes escritores que muestren intereses por el oficio crítico. Su calidad de ser también un artista de cuerpo entero (es por igual poeta y novelista) sale a relucir a lo largo de Escritos críticos varios. Quizás es esta la condición que hace diferente a la totalidad de la obra de nuestro escritor de los otros críticos que comparten con él este ejercicio tan especializado como exigente.

VALORACIÓN DE UN CRÍTICO VERDADERO

Hace casi treinta años Giovanni reconoció que era un desafío para él como crítico recién estrenado aventurarse a entrar en un terreno desconocido en la historia de la literatura y cultura dominicanas con todo el rigor que ello implicaba. Habría sido un esfuerzo que hubiera desbordado sus posibilidades por la enorme dificultad de rastrear unos antecedentes con respecto a su campo de estudio que no existían. Empero, con el correr del tiempo, y a juzgar por el número de obras críticas publicadas, ha logrado establecer ya un filtro de indudable valor para la próxima generación de críticos que se interese seriamente en el estudio de la novelística nacional. 

A Giovanni se le podría objetar tal vez la severidad en los juicios que emite sobre tal o cual obra, pero nadie tendrá el derecho de cuestionar ña no ser que peque de arriesgadoñ su autoridad en el estudio de nuestra novelística, por ser el único que se atrevió a desbrozar un terreno virgen lleno de malezas, y con el tiempo, de sabandijas, dado el rigor y la sistematicidad con que lo ha hecho. Nadie como él, ni antes, ni durante, ni después, puede competir con su obra realizada, en el entendido de que en este punto del tiempo, a decir verdad, nobleza obliga. 
 Igualmente, hemos notado en “Escritos críticos varios”, ensayos en los cuales nuestro escritor defiende firmemente la cultura y la sociedad que lo acogió alrededor de tres lustros a finales del siglo pasado. Es justamente cuanto ocurre, entre otros escritos, en “Dos repúblicas en una: imágenes conflictivas de la República Dominicana”, “Nota sobre el Colón de Tulio Manuel Cestero”, “Iconografía trujillista” y “¿Nacionalista, patriota o pendejo?” Vale resaltar que este último ensayo es revelador de un ángulo ausente en los demás libros de crítica que Giovanni ha dado a la estampa, y es el relativo a su valentía en identificarse sin reservas con los sentimientos nacionales del pueblo dominicano. 

0 comentarios: