"La literatura es algo vocacional y autodidacta . No hace falta estudiarla para ser escritor", asegura el escritor español.
Manuel Moyano (Córdoba, 1963) conoce Venezuela a través de los escritores que ha leído. Salvador Garmendia, Arturo Uslar Pietri, José Balza, Eugenio Montejo, Rafael Cadenas. Un cuento de Julio Garmendia, incluso, le sugirió al español el decorado de uno de sus relatos. El narrador viajará por primera vez al país como invitado al Festival de la Lectura Chacao, que se inaugura hoy en la Plaza Francia de Altamira.
El finalista del Premio Herralde de Novela 2014 tendrá cuatro actividades en la feria. Mañana, por ejemplo, hablará de su obra con Sergio Dahbar. El domingo, en cambio, tendrá una conversación con Alfredo Chacón acerca de curandería. "Hispanoamérica es uno de mis grandes referentes literarios. Ir a ese continente, incluido Venezuela, es como asistir a una de mis patrias de la escritura", dijo el autor, que ha publicado libros de ensayos antropológicos, de relatos y novelas.
El imperio de Yegorov, sobre un hombre que contrae una infección en África que tiene efectos colaterales positivos, le dio reconocimiento internacional. Su mención en el certamen de Anagrama hizo que un mayor número de personas se interesaran por sus publicaciones. "Ser finalista del Herralde es una especie de meta cumplida. Como algo que se cree que no va a llegar pero al final llega. Es evidente que hace que el lector y el mercado te perciba más. La prueba de ello es que ahora haya sido invitado a Caracas, de lo contrario creo que no hubiese sido tomado en cuenta".
Manuel Moyano escribió su más reciente novela en 15 días. El narrador español tiende hacia una escritura compulsiva. "Me asombra la gente que dice que hace un libro en dos años. Me resulta incomprensible. Yo me aburriría en el camino. Tiene que ver con la inspiración, que no es algo que se sostiene por mucho tiempo. El imperio de Yegorov posee un ritmo intenso porque está escrita bajo el mismo estado".
Ya el autor dijo en entrevistas previas que las mejores obras son las impremeditadas. El cordobés es uno de esos narradores que al escribir siente que una voz le habla, le dicta. "Hay una parte inconsciente que funciona por sí sola, pero hay otra que dirige ese proceso. Como un caballo sin domar que -pese a todo- sigue por donde tú llevas las riendas. Veo la literatura como inspiración, no como un oficio burocrático. Lo malo de tener esa dependencia es que te lleva a períodos de sequía. Tampoco es que hay que escribir todo el tiempo porque te puede conducir a la locura", agregó el narrador, que ya tiene un volumen de relatos a la espera de su publicación.
Manuel Moyano se graduó como Ingeniero Agrónomo. Fue ya pasados los 30 años que comenzó a publicar sus libros. "He sentido la pasión por la escritura casi desde la infancia. De una forma juguetona, sin ningún tipo de pretensiones. En la época en la que empecé en la universidad estaba alejado de la literatura o de tener aspiraciones artísticas. Por eso ejercí la agronomía".
La educación familiar llevó a Moyano a descartar posibles estudios de Letras o Filología. No lo vio como una posibilidad. "Tenía un principio práctico. Quería cursar una carrera que pudiera generar más ingresos. Igual, aún tengo cierta duda de si será bueno estudiar literatura para dedicarse a escribir. Tengo la impresión de que eso es algo vocacional y autodidacta. Creo que no hace falta tener estudios profesionales". Moyano hoy ejerce de funcionario cultural en el Ayuntamiento de Murcia. Y, a ratos, escribe.
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