LA HABANA. Casi dos centenares de habitantes de Cojímar, pequeña localidad pesquera al este de La Habana, recibieron ayer con honores a dos nietos de Ernest Hemingway, que halló en ese pueblo, su mar y sus gentes la inspiración para "El viejo y el mar", obra clave para lograr el Premio Nobel hace ahora 60 años.
Con motivo de ese importante aniversario, sus nietos John y Patrick Hemingway, ambos vástagos de Gregory, el hijo menor del escritor, llegaron ayer a Cojímar a bordo de una embarcación semejante al yate de su abuelo "El Pilar", que tuvo como patrón al pescador Gregorio Fuentes, quien inspiró el solitario personaje de esa novela, su último trabajo de ficción importante.
También se cumplen ahora 80 años de la compra por "Papá Hemingway" -como se refieren a él en Cojímar- de esa embarcación con la que inició sus travesías desde Cayo Hueso (Florida, EE.UU.) a este pueblo, lugar que visitaba con frecuencia durante los 20 años que vivió en La Habana de manera intermitente.
"Es increíble estar aquí, en ese lugar que mi abuelo amaba tanto. Ahora lo entiendo porque la gente es maravillosa", dijo a Efe su nieto John, que visita Cuba por primera vez.
Su hermano Patrick, gran conocedor de la isla a la que acude por quinta vez, indicó que es un "honor" haber llegado a Cojímar por mar, como hacía su abuelo, y deseó que actos como este sirvan para "hermanar pueblos como el estadounidense y el cubano".
Ambos se mostraron sorprendidos y agradecidos por el caluroso recibimiento del pueblo de Cojímar, que le entregó flores y banderas cubanas para que las depositaran ante un busto de Hemingway, instalado en el primer aniversario de su trágica muerte, al pegarse un tiro a los 61 años en Ketchum (Idaho. EE.UU.) el 2 de julio de 1961.
Esa escultura mira al mar en homenaje a los pescadores con los que tantos momentos compartió y que donaron el bronce para su realización, procedente de sus desgastadas barcos.
Allí se congregaron ayer oriundos de Cojímar, pescadores -entre los que había uno que conoció personalmente al escritor- y casi un centenar de niños de entre 8 y 10 años que, con una vaga idea de quién era Hemigway y qué representó para su pueblo, dieron la bienvenida a los nietos del escritor, considerado hijo predilecto de la localidad, aunque no naciera ni viviera nunca allí.
La historiadora de Cojímar, Gilda Isabel Rodríguez, contó a Efe que Hemingway es "una leyenda" en su pueblo y es para ellos "un gran orgullo", que se inspirara en "este terruño" para "El viejo y el mar", considerada una de las obras más importantes de la literatura del siglo XX.
"Su yate embellecía nuestro mar y a él le gustaba venir aquí a compartir experiencias con los pescadores", resaltó Rodríguez, quien subrayó que la parte que Hemingway solía ocupar en "La Terraza", una cafetería frente al mar, "estará siempre reservada para él".
También se encontraba en el acto Norma Corral, hija del ya fallecido fotógrafo Raúl Corrales, otro "cojimero de adopción" como Hemingway, con quien trabó amistad y dejó que le tomara numerosas fotografías, que son ahora la "memoria histórica" de su paso por Cuba.
"Un día mi padre iba paseando por el puerto tomando imágenes de los pescadores y el puerto, cuando se encontró con Hemingway, que le invitó a subir a bordo de 'El Pilar'", explicó Corral de las que son las únicas instantáneas del escritor en alta mar.
En esta visita de tres días a la isla, los nietos del escritor harán un recorrido por todos los lugares emblemáticos que marcaron la vida de su abuelo en la isla, como la visita a su casa "Finca Vigía", en el sur de La Habana, reconvertida ahora en un museo que alberga una colección de 22.000 objetos personales de Hemingway.
Tampoco faltarán un daiquiri en "La Floridita" o un mojito en "La Bodeguita del Medio" -lugares predilectos del escritor- para brindar por el legado literario de su abuelo, ganador de un Pulitzer en 1953 y del preciado Nobel al año siguiente, hace ahora 60 años.
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