jueves, 12 de junio de 2014

La Biblioteca Nacional de España descubre qué veía y pensaba Pessoa.

MADRID.- Pessoa nunca visitó España, solo hizo una vez escala en las islas Canarias, pero sí tuvo relación con intelectuales como Unamuno, y se interesó políticamente por el concepto de Iberia al pensar que podría existir una especie de "confederación ibérica en el apartado cultural".
 
Así se pone de manifiesto en una exposición en la Biblioteca Nacional sobre la relación del gran poeta y ensayista portugués Fernando Pessoa con España.
 
Un recorrido sobre la recepción de su obra en España, desde su muerte hasta hoy, cuando es un autor de culto y está considerado uno de los más grandes escritores del siglo XX.
Fernando Pessoa (Lisboa, 1888-1935) es en esencia uno, pero al menos cuatro escritores por desdoblamiento poético fragmentado (Ricardo Reis, Alberto Caeiro, Álvaro Campos o Bernardo Soares) fue uno de los creadores más moderno y vanguardista, por eso no tuvo mucho que ver con Unamuno, pero sí que le interesó y polemizó con sus ideas, porque le consideraba, además, demasiado defensor de lo castellano.
 
Una circunstancia que recoge esta muestra y que recuerda a Efe uno de los comisarios de la exposición, Antonio Sáenz Delgado, profesor de Español de la Universidad de Évora.
 
El colombiano Jerónimo Pizarro es el otro comisario de esta muestra, que ya se pudo ver en Lisboa y que llega a Madrid, organizada por la Biblioteca Nacional, en colaboración con la Dirección General de Política e Industrias Culturales y del Libro; la Biblioteca Nacional de Portugal, el Instituto Camoes y Mostras Espanha.
 
Quién fue Pessoa y cómo pensaba respecto al país vecino es el objetivo de la muestra que se inicia con el primer conocimiento que se tiene de Pessoa en España, que fue gracias a la traducción que en 1923 hizo Rogelio Buendía de sus poemas ingleses que el poeta portugués había regalado al escritor Adriano del Valle, con quien tuvo relación.
 
Este es el primer testimonio de la relación de Pessoa con España. Después y ya muerto Pessoa, empezó a cobrar vida su obra en español con las primeras traducciones en los años 50 de Ángel Crespo y la primera antología que hizo Octavio Paz, en los 60.
 
Pessoa, un gran moderno y cosmopolita a pesar de que nunca viajó, y con gran influencia del inglés por su educación en África del Sur, decía: "soy un occidental extremo, para quien el Oriente empieza en la frontera de España".
 
Mantuvo contactos personales o epistolares con escritores españoles, además de con Unamuno, al que no llegó a conocer pero sabía que era uno de los pensadores más importantes de España y que le podría difundir su revista Orfeo, con Adriano del Valle, Rogelio Buendía, Isaac del Vando-Villar o Iván Nogales.
 
Y conoció en un café de Lisboa a Ramón Gómez de la Serna. Además en la primera década del siglo XX, el único retrato de Pessoa realizado en vida está hecho por un pintor español, Rodríguez Castañé, quien pinta el célebre óleo del poeta, presente en la exposición e imagen de muchos libros del escritor.
 
Pero una parte fundamental y esclarecedora que aporta la exposición es el pensamiento político del escritor, a través de las páginas que escribió dedicadas al "mito y problema" de Iberia, reunidas bajo el título "Iberia. Introducción a un imperialismo futuro", donde habla de una especie de confederación ibérica solo para temas culturales.
 
En estos textos, el autor de "El libro del desasosiego" habla de Cataluña y el País Vasco y de las actitudes diferentes y particulares en España. "El intuía, con muy pocas lecturas porque en su biblioteca tenía muy pocos libros sobre España, y sabía de los problemas territoriales de nuestro país", subraya Saez Delgado.
 
"Dudo luego pienso" es otra de las frases que la muestra recoge del poeta portugués, gran aficionado a la Astrología y al esoterismo. En la exposición se puede contemplar también, además de cartas, libros, manuscritos, fotos, pinturas y documentos, una carta astral sobre el futuro de la República en España, hecha por Pessoa en inglés.

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