sábado, 21 de junio de 2014

EL LENGUAJE DEL BUEN DECIR: Un libro curioso, interesante y ameno.

Por Rafael Peralta Romero

La duda es una chispa capaz de iniciar el conocimiento, por eso no será malo el dudar, si algo malo hay, está en guardarse las dudas hasta intoxicarse de ignorancia con ellas. Quienes han vertido sus vacilaciones sobre cuestiones de la lengua en el escritorio de Bruno Rosario Candelier han contribuido a producir el cúmulo d...e conocimientos recogido en el libro “El lenguaje del buen decir”, que incluyen respuestas a las inquietudes más variadas.
Y la diversidad de las preguntas no quita que las respuestas vayan orientadas a reforzar una conciencia clara sobre la lengua en pro de alcanzar el buen decir. “…porque los hablantes con conciencia de su lengua se preocupan por conocer sus códigos esenciales, como la gramática, el vocabulario y la ortografía…”, indica Bruno. (pag.305).

El libro responde cuestiones a veces simples, como el uso de “v” o de “b”, la confusión de la conjunción “sino” con la expresión condicional “si no” o la definición de cuestiones tan conocidas como el cuento y la novela. Aclaro que lo de “simple” lo digo yo, pues Bruno responde cada pregunta con esmerada paciencia y dedicación.
El libro encierra conceptos propios de la teoría literaria (qué es un epíteto, diferentes tipos de ensayo), crítica literaria como la respuesta a Carmen Cañete, a quien recomienda la novela “Cóctel con frenesí”, de Emilia Pereyra, para satisfacer el interés de la insistente indagadora sobre un novelista dominicano reciente. (pág. 28). Pero ya tres páginas antes había suministrado a Kenia Jáquez una lista de 25 novelas, pues ella había solicitado recomendación de obras fundamentales de este género.
El libro contiene detalles sobre movimientos literarios, comentarios de Bruno Rosario a los informes lexicográficos de la comisión que trabajó en el Diccionario del español dominicano, sin desatender preguntas sobre cuestiones fonéticas, o aun más la explicación justificativa de por qué decir “de arriba abajo” en vez de “de arriba a abajo”, que parece lo lógico. 
Entre amabilidades y dulzuras, nos encontramos con una tutoría para una exquisita dama que quiere dominar la gramática y pregunta el cómo y dónde hacerlo. La prescripción indica: una hora diaria de ortografía y gramática durante un año.
Señores, estamos en presencia de un libro, curioso, interesante y ameno, que funcionará como un gran facilitador para robustecer la cultura literaria en muchos lectores y acentuar el amor por nuestra lengua.
Todo lo preguntado en este libro tiene una respuesta edificante y apta para contribuir eficazmente a los propósitos del autor de elevar la capacidad comunicativa de los dominicanos. El libro es una rica mixtura de preceptos, recomendaciones, precisiones y consejos de índole ortográfico y gramatical, con los más elevados conceptos de la filosofía del lenguaje. 
El libro “El lenguaje del buen decir” ha sido elaborado con una serie de consultas a este insigne maestro de la palabra, quien ha tenido la generosidad de esparcir las respuestas, cual simientes benéficas, para provecho de todos nosotros. Sensato será aprovecharlo.

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