Madrid (España).- Cuando Éric-Emmanuel Schmitt se propuso escribir su
última novela, "La mujer del espejo", pretendía mostrar que ser uno
mismo "siempre es más difícil para una mujer que para un hombre", razón
por la que escribió un libro "feminista" en el que sus protagonistas se
rebelan contra el sometimiento y la sumisión.
El reconocido escritor francés, autor de novelas de éxito como
"Ulises from Bagdad" o "El señor Ibrahim y las flores del Corán", se
mete en su última obra, publicada por Alevosía (Siruela), en la piel de
tres mujeres, Anne, que vive en la Brujas del Renacimiento; Hanna,
aristócrata de la Viena imperial de principios del XX; y Anna, una
actriz del Hollywood actual.
"El reto era convertirme en esas tres mujeres, sentir el mundo a
través de sus cuerpos y su psicología", asegura Schmitt en una
entrevista con Efe, en la que señala, con humor, que eso solo se
consigue a través de la literatura, "porque la cirugía es cara y además
no es reversible".
En ese sentido, "La mujer del espejo" es, según su autor, no sólo un
libro "femenino" sino también "feminista", al considerar que para ser
feminista "no hace falta ser mujer".
Aunque el hilo conductor de sus tres protagonistas, Anne, Hanna y
Anny, es la insumisión, se trata de una insubordinación "espontánea,
natural", ya que las tres son "dulces y abiertas"; "no son rebeldes por
naturaleza, sino por necesidad".
A pesar de que la joven plebeya Anne (Brujas), la aristócrata Hanna
(Viena) y la famosa actriz Anny (Hollywood) tienen todo para ser
felices, ninguna de ellas lo logra por las presiones de su época hacia
la mujer, ante las cuales se rebelan buscando su parcela de libertad.
Éric-Emmanuel Schmitt reconoce que le ha costado "cincuenta años" de
observación "y empatía" aprender a trazar los retratos psicológicos que
realiza en su última obra, y admite que le hace "feliz" sentarse a
observar a las personas "y jugar" a ser ellas, "a ver el mundo a través
de sus ojos y su psicología".
Aunque afirma que no le gusta "hablar mal" de otros libros, considera
que best-seller como "50 sombras de Grey", de gran éxito en España,
pretenden "alimentar los prejuicios actuales" y están concebidos
pensando "en el mercado editorial", algo que, afirma, él no hace nunca,
sino que escribe el libro que lleva "dentro".
En su caso utiliza la literatura para favorecer "la tolerancia", al
considerar que sólo un libro permite acercar al lector a diferentes
personajes "que normalmente le serían ajenos" y "romper las barreras"
entre un lector cristiano y un personaje budista o musulmán.
En materia religiosa la época actual "es maravillosa" por lo que
tiene "de plural", y asegura que la religión hoy en día se ofrece "como
una propuesta, no como un modelo único", por lo que confía en que ésta
ayude a los humanos "a ser más inteligentes".
Schmitt escribió la novela, en la que se intercalan los capítulos de
las tres protagonistas, en el mismo orden en que se lee, "y no como un
guión cinematográfico, en el que se hubieran rodado las tres
trayectorias por separado", algo que ha dificultado su trabajo "al tener
que regresar al lenguaje propio de cada época", pero que también le ha
permitido crear los "juegos de espejo" de la misma.
Gran melómano, el escritor admite que su novela está orquestada como
una composición musical con continuas referencias a la música, a la que
le atribuye un poder espiritual "sanador" frente a la literatura, que
ayuda a "crecer" intelectualmente.
En opinión del escritor francés los prejuicios contra todo lo nuevo
que aparecen en la novela "no terminarán nunca" y el combate "contra la
idiotez y la intolerancia será eterno", y asegura que aunque confía en
que individualmente las personas pueden progresar, no tiene esa
confianza en la sociedad, que colectivamente "no progresa".
Ante eso lo importante es, como hacen sus protagonistas, "cultivar la
insumisión" con la época en la que uno vive, auténtica "clave" para
recuperar la libertad, y señala que aunque cada época "tiene sus llaves
para descifrar el mundo", al final todas son "insuficientes".
Pese a ser la más "materialista", la época actual, tiene la ventaja
de contar con la perspectiva histórica que le permite afrontar mejor la
vida, como demuestra el final del libro, en el que confluyen los
destinos de Anne, Hanna y Anny.
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