viernes, 17 de abril de 2015

Juan Goytisolo: "En España siempre se ha marginado la tradición crítica".

El escritor recogerá próximamente el Premio Cervantes e intentará, como siempre, romper cánones.


Madrid.- "Devoto de Cervantes", Juan Goytisolo asegura que se siente "como un polizón en un trasatlántico", días antes de recoger el Premio Cervantes, en una ceremonia llena de pompa en la que este escritor heterodoxo, al que no le gusta nada la institución, intentará como siempre romper cánones.

Y tanto es así, que para empezar y en el plano de la forma, no se vestirá de chaqué como manda la tradición, sino que lo hará con una chaqueta y un pantalón "normales", señaló Efe.

"Les dije que si querían que me disfrazara, para eso me ponía una chilaba, así es que iré como voy siempre, porque ni siquiera tengo traje", explica a Efe, en su casa de Marraquech, este escritor anómalo, "como todo creador", que ha construido su árbol literario con raíces alimentadas por la tradición crítica española, a la que brinda el premio.

"Yo nunca he hablado de mí en función de ser reconocido o no -argumenta el escritor catalán-, sino que lo que he criticado mucho es el no reconocimiento de una tradición crítica española, que empieza con Blanco White y Larra y sigue con Pi Margall y Manuel Azaña y en el terreno de la historiografía, con Américo Castro y Francisco Márquez Villanueva".

"Esta tradición ha sido marginada por la institución oficial -continúa- y he intentado luchar con todos mis medios para que se reconozca. Más que heterodoxo, lo que he intentado siempre ha sido ampliar ese canon restrictivo, nacionalcatólico que ha dejado de lado una serie de obras muy importantes. Siempre he intentado recuperar lo que se ha quedado al margen", subraya.

Y es que Juan Goytisolo (Barcelona, 1931), hermano del poeta José Agustín, fallecido en 1999, y de Luis Goytisolo -"él se merece todos los premios" y "Recuento" es la mejor obra española del siglo XX, asegura-, es un escritor de los márgenes.

Un escritor, autor de títulos imprescindibles para la literatura como "Señas de identidad", "Don Julián", "Juan sin tierra" o "Makbar", que se "blinda" de estas circunstancias y que contempla el mundo desde su casa, donde ha creado su propia familia o tribu, en la medina de Marraquech, al lado de la plaza de Xemáa el Fná, la universidad de la vida, de cuyas voces ha mamado tanto como de la lectura del Quijote, asegura.

"Cuando quiero escuchar ruido voy a la plaza", asegura este autor que habla el árabe dialectal y para el que sus contemporáneos son "El libro de buen amor" o "La Celestina", según confiesa en medio del silencio que invade su casa, que tiene un patio con un precioso limonero donde el tiempo se detiene.

Sin querer decir o anticipar nada del discurso que pronunciará el próximo día 23 en Alcalá de Henares, sí que dice que hablará de las dificultades personales que rodearon la vida de Cervantes cuando escribió el Quijote, de las miserias que le rodearon y de cómo a pesar de ello pudo escribir este "libro de libros".

"Soy un devoto lector de Cervantes. He leído cuatro veces el Quijote; a los 25, los 40, los 60 y a los 80 y cada vez que lo leo es un libro distinto, cada vez es mejor y esto es la prueba de la gran literatura", añade.

"Pero no se me olvida -matiza- que el premio Cervantes lo da un Ministerio de Educación, Cultura y Deportes, y parece que de Educación y Cultura poca y deporte probablemente mucho", dice con esa ironía distante que le caracteriza y que tanto impregna su obra.

"El humor ha sido y es muy importante en toda mi obra, ha sido fundamental", sostiene Goytisolo, para explicar también que el punto de inflexión en su narrativa se produce en el capítulo final de 'Señas de identidad' y pasa a 'Don Julián' para continuar después en toda su obra, que abandona el realismo comprometido para trabajar con la experimentación.

"Todo lo que he escrito a partir de 'Don Julián' es una mezcla de prosa y poesía", apunta; pero para descomponer el lenguaje primero hay que conocerlo bien, recalca este creador -como un cubista de la palabra-, que ha aportado a España su mirada forjada en la cultura francesa, estadounidense y la árabe.

"Fui educado en los peores años del franquismo en un ambiente cerrado y mediocre propiciado por la propaganda oficial y cuando salí a Francia -recuerda- y descubrí su apertura, cambió mi vida. Lo que pasa es que tardé mucho en quitarme ese lastre. Luego siguió una verdadera educación en EE.UU como profesor visitante y allí comprobé que se enseña mucho mejor la cultura española que en España", sostiene.

Y concluye: "El tramo que me queda de vida es muy breve y lo veo con cierta melancolía porque me he dado cuenta de que la humanidad procede del mismo modo, empieza por tener aspiraciones y acaba por tener sistemas, como dijo Pi Margall".

Del Paso, un ateo que a sus 80 aborda la impúdica historia de las religiones.

El escritor, artista plástico, diplomático y académico celebró el 1 de abril sus ocho décadas.


GUADALAJARA, México).- El afán por contar la "impúdica historia" del judaísmo, el islamismo y el cristianismo llevó al novelista y poeta mexicano Fernando del Paso a escribir "Bajo la sombra de la historia", el libro de ensayos que lo mantiene activo a sus 80 años recién cumplidos.

En una entrevista por escrito con Efe, Del Paso afirma que los lectores de esta obra, dividida en tres volúmenes, se darán cuenta de la "crueldad" de las tres principales religiones monoteístas y "de sus ambiciones por imponerse a toda la humanidad", mediante una revisión de sus orígenes, su ideología y sus momentos más relevantes.

El escritor, artista plástico, diplomático y académico celebró el pasado 1 de abril sus ocho décadas de vida limitado en el habla, debido a los infartos cerebrales isquémicos que sufrió hace un par de años, pero sin perder la lucidez que ha caracterizado su obra.

Su condición no le impidió concluir el primer volumen de "Bajo la sombra de la historia" -del que guarda un par de ejemplares en uno de los estantes de su casa- y trabajar arduamente para terminar dentro de poco el segundo.

"Del tercer y último volumen tengo también mucho adelantado", responde Del Paso por correo electrónico a una de las preguntas planteadas por Efe.

El autor de "Palinuro de México" (1977) cuenta que a los once años se volvió ateo "súbitamente", desde entonces nació en él un interés "en comprender por qué a la mayor parte de los hombres los seduce una religión".

"Llegué a la conclusión de que la mayoría les atrae la posibilidad de una vida eterna", asegura.

Nacido en la Ciudad de México el 1 de abril de 1935, Del Paso vive en esta ciudad del occidente mexicano desde 1992, cuando comenzó a dirigir la Biblioteca Iberoamericana de la Universidad de Guadalajara.

Aquí también escribió "La muerte se va a Granada", la obra de teatro con la que rindió un homenaje a Federico García Lorca, "Linda 67. Historia de un crimen" y "PoeMar".

Impecablemente vestido con un traje verde limón para la sesión fotográfica, el escritor recibió a Efe en su casa ubicada al poniente de la ciudad.

Parte de la obra plástica creada por Del Paso viste las paredes del estudio, el salón y las escaleras que llevan al segundo piso.

En medio de la sesión fotográfica, el escritor comenta que aún pinta, aunque "de vez en cuando".

Lo que sí hace todos los días es leer los diarios sentado en la mesita de la cocina. Desde ahí se asombra todavía con noticias como el robo de oro con valor de 8,4 millones de dólares a una minera canadiense, en el norteño estado de Sinaloa. "¡Qué tremendo!", exclama.

En múltiples ocasiones dichas noticias le han llevado a expresar su indignación por la violencia que vive el país, por casos como la desaparición de los 43 estudiantes del estado de Guerrero y a criticar al actual Gobierno encabezado por el presidente Enrique Peña Nieto.

"Muchos de nosotros (los escritores) tratamos de denunciar lo que para nosotros está mal y es necesario cambiar", señala Del Paso, convencido de que los narradores hacen su "mejor esfuerzo" para tratar de influir desde las letras, aunque "teniendo mucho cuidado en no contaminar la literatura con la política".

México puede superar esta etapa "con una mejor educación", aunque eso "tomará, me temo, varias generaciones", añade el autor de "Noticias del imperio" (1987), que recibirá un homenaje el 19 de abril por su 80 aniversario en el marco de la conmemoración del Día Mundial del Libro.

Más allá de los reconocimientos y homenajes, lo que el escritor disfruta en esta etapa es pasar una buena parte de su tiempo con su familia.

"Eso me ha colmado de alegría", asegura, más aún con la llegada de su primera bisnieta, quien vive "en la tierra de James Joyce", escritor que ha influenciado su obra.

Mientras llega el homenaje, Del Paso quizás celebre con una "cervecita", como cuentan suele hacerlo, en el pequeño jardín de su casa, lleno de plantas y enredaderas y ante el cual el escritor exclama "verde que te quiero verde", en alusión al poema lorquiano.

Uruguayos se lanzan a las librerías llamados por el "boom Galeano".

Galeano falleció en la capital uruguaya a los 74 años, después de una larga lucha contra el cáncer.


MONTEVIDEO.- Antes eran los turistas que llegaban a Uruguay los que lideraban las compras de libros de Eduardo Galeano, pero desde su muerte el pasado lunes la obra del escritor uruguayo se ha convertido en un "boom" de ventas entre sus compatriotas.

"Yo creo que esta semana pudo haber vendido lo mismo que vende en un mes y medio, dos, tranquilamente, mismo siendo un autor que ya de por sí vende bastante generalmente", dijo a Efe Juan Castillo, encargado de la céntrica librería montevideana Puro Verso.

A su juicio, es común que haya un "boom de ventas" de determinados libros conocidos en los días siguientes al fallecimiento de sus autores como pasó "hace poco con (Gabriel) García Márquez o en 2009 cuando murió (Mario) Benedetti".

Sin embargo, Castillo destacó el mayor impacto entre el público nacional.

"Galeano es un autor que vendía muy bien entre el público extranjero generalmente, siempre llamó la atención a los clientes extranjeros y vendía bastante. Ahora aprovecha a comprar más el público uruguayo", afirmó.

En el casco viejo de Montevideo, la tradicional librería Linardi y Risso, fundada en 1944 y especializada en Latinoamérica, recibió esta semana a muchos clientes interesados en ediciones raras de los libros de Galeano, quien solía visitar el establecimiento, contó a Efe Álvaro Risso.

"Indudablemente a partir de la noticia de su fallecimiento hay un interés también mayor por esas ediciones que nosotros tenemos que son primeras ediciones o ediciones autografiadas", observó mostrando los primeros ejemplares del clásico "Las venas abiertas de América Latina", publicado originalmente en 1971.

Risso resaltó además el interés de lectores de nuevas generaciones que "se están acercando por lo menos para entender a ese fenómeno, la importancia de este hombre como figura pública".

"Me llama la atención que muchos de esos jóvenes no habían leído Galeano y que se acercan ahora por la noticia y porque ven que hay un agujero negro allí en su cultura general de no haber leído nada del autor", opinó.

En la librería El Virrey, en el barrio de Pocitos, muchos lectores han buscado títulos específicos de Galeano, como el todavía no publicado en el país, "Mujeres", para completar sus colecciones después la muerte del escritor uruguayo.

"'El Libro de los Abrazos' fue uno de los más procurados y se agotó rápidamente. Creemos que también se ha agotado en la distribuidora porque hemos pedido más y no nos han enviado", contó a Efe la vendedora Patricia Torres.

Por otro lado, en una librería de una turística calle de la capital uruguaya no se pudo observar un incremento significativo en las ventas de libros de Galeano.

"La verdad es que son libros que siempre venden muy bien y son los favoritos de los visitantes extranjeros, por lo que no hemos percibido una diferencia esta semana", dijo el gerente, que prefirió no identificarse.

En su opinión, le parece "de mal gusto que algunas editoriales preparen revisiones o relanzamientos de su obra para lucrar con una gran pérdida".

Galeano nació en Montevideo el 3 de septiembre de 1940 y falleció en un centro hospitalario de la capital uruguaya a los 74 años, después de una larga lucha contra el cáncer de pulmón.

El escritor mexicano Álvaro Uribe cree que los premios son "como la lotería".

"Hay que tener esa humildad para decir qué buena suerte tuve".


MÉXICO. Un día después de ganar el Premio Xavier Villaurrutia con su novela "Autorretrato de familia con perro", el mexicano Álvaro Uribe cree que los galardones son "como una lotería", la suerte de que el destino de un escritor se cruce con el de los miembros del jurado.

"Los premios son como una lotería, hay mucho de casualidad, pero es una lotería que tiene un boleto muy complicado de obtener, que es hacer un libro (...), pero de ahí ya influye el azar", dijo en una entrevista con Efe.

Así, uno no puede pensar en que "te dan el premio porque tus méritos son absolutamente indiscutibles y que nadie más que tú, se me hace un poco pretencioso y además falso. Te puede conducir a ideas que no corresponden con la realidad", señaló.

"Hay que tener esa humildad para decir qué buena suerte tuve", añadió el escritor nacido en Ciudad de México en 1953 y egresado de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

El jurado, integrado por Pura López Colomé, Mario Bellatin y José de la Colina, decidió por unanimidad otorgar el galardón a Uribe "por el dominio lingüístico de su novela".

"Es el suyo un homenaje a la palabra, al significado plural que en ella duerme y sólo despierta en el estilo, más allá del despliegue de la realidad/irrealidad, imaginación, poderes inventivos, carros alegóricos tradicionales o modernos", dice el acta del jurado.

Y es que "Autorretrato de familia con perro" es "un libro formalmente muy aventurado, complejo, ambicioso", aunque sin ser difícil de entender para el lector, comentó Uribe.

El texto, explicó, no tiene narrador sino que combina quince voces distintas, por lo que "además de contarte una historia que es interesante, al mismo tiempo se está burlando de lo que es contar una historia".

Son tres personajes centrales, una mujer que está muerta y todos los personajes van a hablar de ella, y sus dos hijos gemelos, agregó el escritor, quien piensa que "está bien tener una buena historia, es el requisito indispensable", pero "lo esencial es encontrar la forma de contar esa historia".

Y, además de encontrar la fórmula, lograr que ese proceso de escritura sea "una aventura" porque "vas averiguando, ya tienes una idea general, pero el trabajo te da sorpresas y eso es lo que lo hace un trabajo placentero".

"Si no hubiera sorpresas para mí mismo yo no escribiría, si no hubiera aventura", apuntó el escritor, quien confesó que le gusta más el proceso de ver lo que ha escrito, corregirlo y perfeccionarlo, que el de escribirlo.

El Premio Xavier Villaurrutia, dotado con casi 37.000 dólares y un diploma, fue creado en 1955 como un reconocimiento de escritores para escritores y desde entonces lo han recibido autores como Juan Rulfo, Octavio Paz, Carlos Fuentes, Sergio Pitol, Álvaro Mutis, Carlos Monsiváis, Elena Garro y Juan Villoro.

Uribe, que recibirá el galardón el 28 de abril en el Palacio de Bellas Artes, fue agregado cultural en Nicaragua y consejero cultural en Francia.

En su primera estancia en París editó la revista bilingüe Altaforte y posteriormente fue coordinador de varias colecciones en el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) de México.

Es autor de "Topos" (1980), "El cuento de nunca acabar" (1981), "La audiencia de los pájaros" (1986), "La linterna de los muertos" (1988); "Recordatorio de Federico Gamboa" (1999), "La otra mitad" (1999) y "La parte ideal" (2006), entre otras obras.

Luis Magrinyà: "Hasta los mejores escritores cometen fallos de estilo".

Las soluciones que propone son siempre "muy normales" porque el buen estilo debe "ser natural".


MADRID.- Filólogo, editor, traductor y escritor español, Luis Magrinyà siente pasión por la lengua y la literatura desde niño, y fruto de ese interés es el libro "Estilo rico, estilo pobre", un ameno conjunto de recetas con las que invita a "pensar la lengua" para no cometer fallos innecesarios.

"Todos los escritores, incluso los mejores, cometen fallos de estilo y caen a veces en lo rebuscado y pretencioso", aseguró hoy Magrinyà en una entrevista con Efe, con motivo de la publicación por Debate de este libro que no es un manual de estilo al uso ni está lleno de normas y prescripciones.

Las soluciones que propone Magrinyà (Palma de Mallorca, 1960) son siempre "muy normales" porque el buen estilo debe "ser natural".

Como dice en el prólogo José Antonio Pascual, vicedirector de la Real Academia Española, Magrinyà fue cocinero antes que fraile, dado que trabajó nueve años como lexicógrafo en la RAE, en la XXII edición del Diccionario, y, por tanto, sabe de qué habla cuando aconseja prescindir de ciertos tics a la hora de escribir.

Los mayores peligros, sostiene Magrinyá, están en "el estilo pretencioso y pedante" porque "parte de un ideario, de una actitud", mientras que "el estilo 'pobre', ramplón, parte de una limitación, de la pereza, de la falta de reflexión".

El humor y la ironía impregnan este libro, en el que Magrinyà reúne los artículos que escribió para el periódico digital El Diario y la edición digital de El País, aunque los ordena por temas y les añade una introducción.

"Es un libro de experiencias", perteneciente al género de "librillo de maestrillo", comenta.

"Pensar la lengua es la primera condición del estilo", subraya Magrinyà, quien llama la atención sobre los sinónimos, causa de "variados estropicios".

Por ejemplo, en el caso de verbos tan frecuentes como "hacer" y "tener", escritores y periodistas tienden a sustituirlos por "realizar" y "poseer", pero no siempre de forma adecuada.

Hay novelas en las que aparecen expresiones como "realizar los deberes", "realizar cosquillas", "poseer ganas".

"Poseía un pequeño pene tonto y encogido", dice Almudena Grandes en "Las edades de Lulú". "Y todo por no decir 'tener'", comenta Magriny, que cita a escritores de diferentes lenguas.

Entre los "verbos parlanchines", el autor destaca "decir", uno de los más reemplazados. Y da una lista interminable de verbos que se utilizan para evitar el socorrido "dijo".

"'Dijo' es la mayoría de las veces una solución más elocuente, honrada y discreta que, pongamos por caso, 'arguyó', 'refirió', 'aseveró' o 'sostuvo'", afirma este escritor que desde 1995 dirige varias colecciones en Alba Editorial.

En ocasiones, señala Magrinyà, esa "ansiedad expresiva" lleva a asociaciones animales: "trinó Celeste" (José Donoso), "rugió el librero" (Ruiz Zafón), "ladró de vuelta el militar" (Isabel Allende).

Los verbos comodín, como "provocar" (en el sentido de causar) y "usar", revelan "una actitud muy desagradecida ante las posibilidades de la lengua", sostiene el autor de "Los aéreos".

El escritor, que cita en el libro fallos de estilo cometidos por él mismo, cree que en el lenguaje de las redes sociales "hay de todo, como en todas partes", pero no se puede generalizar y decir que internet "empobrece el idioma".

Y le encanta "el libertinaje" que se observa en el lenguaje de la gente joven en internet, "muy creativo y gracioso".

lunes, 13 de abril de 2015

Muere el escritor y editor francés François Maspero.

Nacido en una familia de historiadores víctimas de la represión nazi, Maspero empezó en la literatura como librero aunque pronto fundó una editorial que llevaba su apellido.


París.François Maspero, escritor y traductor francés especializado en autores hispanos como los españoles Arturo Pérez Reverte, Carlos Ruiz Zafón o el colombiano Álvaro Mutis, murió este sábado en su casa de París a los 83 años, confirmó hoy su editorial, Le Seuil.

Su cuerpo fue encontrado al día siguiente de su muerte en la bañera de su domicilio, según indicaron sus allegados a medios locales.

Nacido en una familia de historiadores víctimas de la represión nazi, Maspero empezó en la literatura como librero aunque pronto fundó una editorial que llevaba su apellido.

Durante los años 60 y 70, su establecimiento se convirtió en uno de los lugares clave de la cultura contestataria de la capital francesa gracias a la publicación de obras sobre la guerra de Argelia y el neocolonialismo.

Abiertamente de izquierdas, algunas de sus publicaciones fueron prohibidas y le costaron varias denuncias, multas y hasta la supresión de sus derechos cívicos.

A los cincuenta años cedió la editorial y, después de un accidente de moto y una tentativa de suicidio, decidió dedicarse a la escritura.

Entre sus obras hay novelas y relatos de viaje, como "La sonrisa del gato" o "Balkans-Transit".

Durante sus últimos años se dedicó a la traducción de autores hispanos, entre los que también figuraban Fernando Savater y Eduardo Mendoza.

Una de sus últimas apariciones públicas fue a finales de marzo, con ocasión de la presentación del documental del que es protagonista: "François Maspero: Los caminos de la libertad".

Sánchez Ferlosio: "El capitalismo está destruyendo el mundo".

Este nuevo título, "Campo de retamas", con mucho material inédito, es la oportunidad de poder hablar con el Premio Cervantes 2004, el mejor y más completo escritor español vivo, para muchos.


Madrid.Toda una vida dedicada al estudio, al lenguaje y a la escritura, Rafael Sánchez Ferlosio no publicaba desde hace cinco años, aunque no ha dejado de escribir ni de observar la realidad y el extravío humano. Ahora, a sus 87 años, publica "Campo de retamas", con todos sus pecios o reflexiones.

Un libro, editado por Literatura Random House, que es el exquisito bocado que antecede a la publicación de casi toda su obra; la reedición de sus novelas y la publicación de sus ensayos y artículos para final de año. Y este nuevo título, con mucho material inédito, es la oportunidad de poder hablar con el Premio Cervantes 2004, el mejor y más completo escritor español vivo, para muchos.

"El capitalismo está destruyendo el mundo", dice a Efe Ferlosio (Roma, 1927) ante una pregunta sobre Podemos, formación de izquierdas de cuyos integrantes dice que "son como niños, lo que dicen es de cajón, pero imposible. No sé -confiesa- cómo se puede ir contra el capitalismo tan feroz que tenemos encima".

Opiniones vertidas con la máxima pulcritud intelectual, que es la que caracteriza al autor de "El jarama", la novela por la que ganó el Nadal en 1955 y que ya detesta, como a la precedente, "Industrias y andanzas de Alfanhuí".

Tímido y tierno, con esos ojos de búho siempre en posición de vigía, Ferlosio no da importancia a que toda su obra se edite ahora en Ramdom House, tras haber estado sesenta años en Destino. "No tiene importancia eso, no sé por qué los periodistas se la dan", subraya. "Todo eso lo hace el editor (Ignacio Echevarría)", quien se ha encargado del excelente cuidado de "Campos de retamas".

El libro reúne sus aforismos, sus dardos, sus opiniones sobre el poder y el sustrato ideológico que se esconde bajos estereotipos y frases comunes, sobre la guerra, el cine, las revistas femeninas, el deporte, la cultura, "como instrumento de control social", el mercado, la sintaxis, el lenguaje u Occidente, entre otros bocados.

Todo para demostrar que el exceso de profundidad no es bueno, que "la verdad no está siempre dentro del pozo", como dice en el epílogo del libro, donde pide que no se le tome demasiado en serio.

Algo que es imposible porque su prosa y su pensamiento se hacen adictivos y necesarios, como su conversación, que salta de su repulsa por el deporte a su interés por el canciller alemán Otto von Bismarck -"fue un retórico y un llorón, pero inventó la sociedad de bienestar, pactó y marcó al ejército"- o su máxima obsesión y preocupación hoy: el dominio de la publicidad.

"Lo que más me interesa por encima de todo -recalca- es la publicidad, que se ha hecho la dueña del mundo. Es la protagonista, se cuela en todas las partes y es lo que más se ve, como en las llamadas revistas femeninas. Hoy es todo belleza, moda. La televisión es pura publicidad. Es terrible".

"Y hasta en Venezuela, un país que no tiene ni para comer -continúa-, las jóvenes se operan de estética, como muestran las revistas, mujeres infantilizadas. Es una pena. Hemos pasado del feminismo del siglo XX, una palabra que les debe parecer antigua, a la 'feminidad' que es la palabra del siglo XXI. El siglo XXI es el siglo de la feminidad", subraya.

"La publicidad también está en las novelas, el cine, se ha quedado en la cultura y la mujer lee muchas novelas. El origen de las novela es para las mujeres. También el Quijote creo que en parte fue escrito para las mujeres", añade este apasionado de la lingüística, de sus frases largas y subordinadas, su famosa hipotaxis. "Las frases largas también fracasan, las frases tienen que ser respiratorias", añade.

Obsesionado también con la escritura y la lectura, Ferlosio antes devoraba periódicos. Recortaba y recortaba y hoy tiene numerosas carpetas con apuntes y escritos, aunque reconoce que aunque está bien de salud, se cansa y solo lee dos rotativos, "El País" y "ABC".

Pero tiene a alguien que le pone muy en conexión con la vida y es un nieta Laura. La casa está llena de sus juguetes y Ferlosio la acompaña a sus recitales en un coro, sigue sus buenas notas e incluso va con ella al cine, algo que no hacía desde hacía años.

Pero a Ferlosio le duele dice "las catástrofes del siglo XX", y le preocupa mucho las causas internacionales, como la reelección de Natanhayu- "porque amenaza la guerra", advierte.

Además de otra de sus constantes preocupaciones que es su rechazo al deporte. "La apología de deporte es la reina de las relaciones de poder", precisa. "No me gusta el sacrificio, al final todo se resume en ganar o perder, no hay otra", concluye.

Y es que Ferlosio no ve razones para ser optimista. "No tiene sentido el optimismo" y lo ejemplifica con una palabra en alemán, "Schwarzseher", que explica muy bien su ser: "el que ve todo negro".