sábado, 30 de julio de 2011

NUEVO POEMA DE LUIS ALFREDO JIMENEZ

SUICIDA
Por Luis Alfredo Jiménez

Se hace largo el suicidio. Aún estoy mirando con mis primeros ojos la luz del día, los fuegos malditos del sol. Quisiera seguir bebiendo de este veneno hasta que mi espíritu pierda el sentido y deje de buscar la vida. Pero que me conozcan las sombras, que me den albergue en algún rincón del abismo, que me purifiquen para siempre. El cielo está lleno de claridades imposibles, frías: se brindan en gotas de lluvia. Choca el mundo contra el mundo, religión contra religión, hombres contra hombres, dios contra dios, yo contra mí mismo. El crimen siempre será el amor: tener el mismo color de sangre en todos los cuerpos y en todos los corazones; el crimen es mío, y de todo el suicidio. No tengo por donde devolverme. ¿Se devolverá el tiempo?

(SÁBADO, 30 DE AGOSTO DE 2011)

viernes, 29 de julio de 2011

OTRO NUEVO POEMA DE LUIS ALFREDO JIMENEZ

A MI PADRE

Por Luis Alfredo Jiménez

1

¡Qué estúpido esto! ¿Cómo creerlo? ¿Querías tú un hijo pobre, mudo, ciego, o muerto? Sebes, a veces le cuento mi decepción al espejo, pero encuentro su fondo siempre desocupado, no hay nadie; estoy en su alma, tristemente en su alma, dentro de las cosas de mis ojos, ya en olvido, ya huérfano.
11
Yo escribo mientras me fugo de mi vida, por ningún camino, pues no quiero llegar a ninguna parte. Repito las casas, los cristos y las personas: nadie me enseñó a dejarlos. No esperes, es decir: este día es como pintura que decora una cueva oscura.
111
He lanzado mi corazón al viento; allí donde no hay formas lo he dejado, ya no existe, tampoco su llaga. Me encerraron en un dibujo, entre túneles inmóviles de vida, entre los pelos de una llama; exactamente como un ser humano soy, tan hondo, tan mar, tan cielo, tan infierno, tan todo y tan nada.
IV
Cuántas veces se ha explotado mi nombre en tu mente como una visión que ennegrece los colores de tus ojos haciéndolos subir por dentro hasta tus lágrimas, en un nuevo cuerpo hecho sólo de alma. Voy a fingir: ¡Feliz día del padre! Fingir por los niños, fingir que somos felices. Por eso, padre, yo escribo mientras me fugo de mi vida, por ningún camino, pues no quiero llegar a ninguna parte.

NUEVO POEMA DE LUIS ALFREDO JIMENEZ

INFIERNO EN EL CORAZÓN

Mira, qué belleza tan triste está en la lluvia; es tan igual a mí; esa gota que se sube en la piedra de la noche, se muestra por su mismo cristal: el cielo gris, la humedad de sangre, la niebla mojada en rojo. Mis ojos se caen en el agua bañados en sal, se llenan de luna, como si su desnudez tibia se hubiera hecho de un incendio. Siento la muerte como un sol por dentro. Como una fiebre: el infierno en mi corazón, lastima mi pecho. Me perdí en lo oscuro del camino; entre bellas coplas del abismo me senté a llorar, mientras a mí mismo me pregunto por el infierno en el corazón.

(MIEMBRO DESTACADO DEL TALLER LITERARIO TRIPLE LLAMA DE MOCA)

domingo, 24 de julio de 2011

Taller Literario Triple Llama

sábado, 23 de julio de 2011

RECIENTE POEMA EN PROSA DE CARMITH HERRERA

DESPERTAR
Por Carmith Herrera

Puedo escuchar cuando gritas en silencio, por eso percibo cada respiración tuya cuando la lluvia cae y se marchitan las luces. Sujétame para no caer en la noche eterna. Las nubes danzan frente a mí y siento que te he perdido al oír tu nombre en los labios del viento. Los días parecen largos y el presente se vuelve una pesadilla. He presenciado cómo te esfumabas, mientras se secaban mis lágrimas de sol en tu nota de despedida. Los sueños parecen haberse dormidos y he olvidado qué puedo hacer para llegar al cielo. La vida parece estar contenida en un aliento, mientras he tratado de abrazar tus palabras alguna vez pronunciadas. Quiero sentir tu piel perfumada de besos y contemplar una última vez tus ojos de ángel caído. Haz escondido tus lamentos en el infinito y he sentido cómo tus palabras me herían. Mi alma ha sido envenenada con tu tacto de fuego. Me ha capturado una tempestad maldita y siento que una voz mortal me acaricia. He ignorado la luz y la oscuridad para asfixiar el dolor que me oprimía. Un río besaba mis mejillas cuando me di cuenta de que mi realidad parecía una blasfemia. Me he perdido en el mar salvaje de tu mirada. He decidido esculpir la palabra odio en algún lugar del infinito. Quiero respirar tu olor a decadencia cuando estés cayendo a través de los fragmentos del tiempo. Ya estoy cansada de esperar por el redoble de los truenos. He soñado con una noche de luna, que las estrellas aún no habían besado tu piel y que tus latidos eran las notas corrompidas de alguna canción perdida. Déjame sentir la rudeza de tus lágrimas de plata y tratar de olvidar que nuestro universo se cae a pedazos. He tropezado con tus juramentos tantas veces que no recuerdo un lugar que no haya sido golpeado con la desgracia. Profana mis dudas una vez más, porque deseo sentir la caricia maldita de tus dedos que ser olvidada sin clemencia. El silencio quiere decidir por nosotros y la soledad es nuestro testigo. Necesito yacer a tu lado cuando la nada se adueñe de todo y confesar que morir contigo, es despertar...

OTRO POEMA DE PABLO RAMOS BENCOSME

PATENTAR MI SUEÑO
Por Pablo Ramos Bencosme

Acabo de patentar mi sueño
y realizar mi pesadilla.
Acabo de comenzar el viaje
y terminar mi sedentarismo,
aunque calvo sea el día
lo halo con todas mis fuerzas
por sus melenas
hasta abarcar todo este vasto desierto
en las palmas de mis propias manos
y ver que el azul no es rojo
y el rojo existe en mí.
No demorar, no estancar
y no dilatar el camino.
Echar a un lado todo que ya todo va.
¿Hacia dónde?
Despacio, como avanza el fuego,
dedo a dedo pero sin detener
acabo de patentar mi sueño
hacia el paraíso.

(MIEMBRO DEL TALLER LITERARIO TRIPLE LLAMA DE MOCA)

domingo, 17 de julio de 2011

AGUAS CALIENTES

Por Pablo Ramos Bencosme
(Miembro del Taller Literario Triple Llama de Moca)

Aguas calientes
Finas aguas
Dónde están
Que me muero
Dónde puedo sentir
Su cima,
No logro ver su cielo.

El carismático coro
De su alegría
Y la sensible pena
Por su agonía.

El inolvidable sentir
En los dedos
Y el mágico estruendo
De su venida.

Dónde estás mi vida
Quiero sentir su compañía,
Ser, su piel en cada gota
Apodérame de su deseo.

Ella me quita la desdicha
Ella se apodera de mi cuerpo
Y me hace revivir mis entrañas
Y me eleva a lo más bello.

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Pablo Ramos Bencosme:
Urbanización Los López edif.5 apart.102
E-mail: Ramos_pablo26@hotmail.com
Tel: 809-578-9412 Cel: 809-958-9630 Orange
http://pabloramosbencosme.blogspot.com/
Nació el 26 de julio del 1992 en la ciudad de Moca.
Estudiante activo en la Universidad I.S.A (Instituto Superior de Agricultura) en la Carrera de Ingeniería Agronómica.
Creativo, espontáneo, Lector, Actor, deportista y poeta.
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viernes, 15 de julio de 2011

POEMAS RECIENTES DE LUIS ALFREDO JIMENEZ

¿CUÁL ES MI NOMBRE?

¿Cuál es mi nombre para soplarlo en el fuego igual que otras cosas que sabía? Es el más silencioso y sin embargo se consume haciendo ruidos entre las llamas. Debió ser inventado igual como se inventa una mentira. Apenas me atrevo a entrar en el sitio que fue escrito. Tal es mi nombre. Lo he logrado sin arte alguno, pues fue hecho por mentirosos, por eso mienten al pronunciarlo. Me quedo frio al oír esa masa de palabras que no hace otra cosa más que perderse en el viento formando un ser humano imaginario. Esas graciosas letras no parecen ser un lenguaje, aunque se escuche como una voz. Es un rumor digno de atención, y nada más.

DEL VERSO AL DIABLO

De todas partes te escucho. De entre todas las noches salen tus palabras como un golpe en mi rostro. Tus pasos relampaguean de un lado a otro descolgando el tiempo a pedazos. Oscilan en mi lengua los escarabajos de tu aliento, pudriendo mi alma, retorciendo los lazos del fuego, lanzándolos como escamas calentadas sobre mi muerta piel. Veo pasar las nubes: me parecen vapores que brotan del pecho del infierno. Se alza mi sangre hasta el cielo como una saeta que se clava en la carne azul de los ángeles. Me has sepultado vivo; me has hecho crecer hacia abajo como una sombra que no alcanza su suelo, que se hunde cual gota cuajada en el lodo. Mis ojos saltan como ranas sobre la luna, desde aquí donde me quemaste mis alas; trago las piedras que de lo alto caen por los ramales del viento, una tras otra hasta levantar paredes en mi garganta. Harto el diablo de ser tan diablo se le han quitado las ganas de fastidiar.

CARROÑERA DE MI ALMA

1

No vendrás. Y si me preguntas; éramos dos queriendo ser uno, dos noches de luna; eso fuimos: el silencio bajo el agua y el agua misma. Mis manos eran como raíces que se alimentaban de tu cuerpo; bebiendo el agua de tus labios encontraba otra forma de existir. Sobre los marcos de tu frente encontraba otra forma de respirar, mientras me perdía en mí y a la vez me encontraba en ti. Te fuiste, te has ido, aunque sigues aquí, mientras permanezco pegado a ti y a mí mismo. No vendrás, y si me preguntas, éramos dos gotas de sangre viajando por el filo de un puñal, una mirada repartida entre dos paisajes iguales, eso fuimos: dos hilos enredados por el viento y a la vez el viento mismo.

2

Desapareciste antes de llegar a ser una desconocida; antes que yo te olvidara apareciste como un líquido en mi mejilla. Una parte tuya se detuvo en el fondo de mi ser sin encontrar por donde salir; se quedó como mi sangre sin mirar hacia afuera, sujetada en los caminos de mi cuerpo. No te he visto y aun así no puedo borrarte de mis sueños. Te mueres toda la noche. Creo que yo te maté y me dejé morir detrás de ti. Pienso en tu nombre. Es como el rastro que deja una llama en la piel; se pierde en el sonido de mi voz que lo repite, aunque se escucha como un fino susurro escondido en mi memoria. No sé cuál es, pero es tu nombre.

3

Las cadenas cayeron de un salto y no soy libre para liberarte de la caja de mi pecho. Tú eres la que te alejas de él clavando tus ojos como un abrazo que no sujeta nada. Te vas, pero no marchas, sólo te mezclas con el polvo que arrastra el viento. No tengo más que perder, pues en una sola noche has parido todas las flores de mis amarguras; todas como una sola, carroñera de mi alma, oh salen del abismo donde dormían. Olvidaste que mis manos eran dos desconocidas cuando te acercabas, buscaban siempre como entrar por donde entra la vida en tu blanco semblante. Tu sombra se disipa como un vapor sin forzar los lazos que la sujetan. A todo vuelvo mi rostro en busca del tuyo; fuera el que fuera, eres tú a quien busco: ¡ay, carroñera de mi alma!

REUNIÓN DE COPAS

Reunidas aquí las copas, vuelvo a beber, vuelvo a conocer la envoltura en que viajan los perfumes del vino; deseada figura que gruñes desde la sangre con picos y garras, reflejo de luz que se estrecha con el seno de la muerte y se disuelve suavemente en las copas de mi alma. Se ha desabrochado mi pecho, pues dentro nada hay más que desiertos y licores amargos. El tiempo estrujado por unas manos pequeñas, escapa girando; las horas con el cuello largo caen en fosas profundas y se agitan dentro del saco de la noche como queriendo saltar a otras noches. Mi mirada zarandea en las configuraciones de unos cuerpos que se alejan chapuceados por los vientos de mis despechos; permanezco añadido a las paredes, casi dentro de ellas, amontonado en los salones inmensos de una soledad embriagada por mis rezos. Libra por libra se desvanece la mañana; eterna la noche, eterna la sed, vuelvo a beber las copas aquí reunidas.

lunes, 4 de julio de 2011

Pedro Ovalles

Taller Literario Triple Llama