viernes, 19 de septiembre de 2014

Bélgica recibe la "Mirada de Gabo", que inaugura homenaje al escritor en Europa.

"Luego de tres semanas en alta mar, Macondo y el realismo mágico llegan a Europa"
BRUSELAS. El puerto belga de Amberes (norte del país), el segundo mayor de Europa, recibió ayer la "Mirada de Gabo", un contenedor adornado con un grafiti que representa los ojos del escritor y cuya llegada a Bélgica marca el inicio de un homenaje que culminará la semana que viene en el Parlamento Europeo.


La llegada de la obra, realizada por grafiteros del colectivo "Artevimiento", será celebrada ayer con una "gran fiesta de bienvenida" en el Museo MAS de la ciudad portuaria, informó la Embajada de Colombia en Bruselas en un comunicado.

"Luego de tres semanas en alta mar, Macondo y el realismo mágico llegan a Europa para el gran homenaje a Gabo en el Parlamento Europeo el próximo 24 de septiembre", agrega la nota.

El contenedor, donado por la Sociedad Portuaria de Cartagena (Colombia), pretende crear "un puente de letras entre Europa y Colombia", aseguraron los impulsores de la iniciativa.

El homenaje, organizado por la Embajada de Colombia en Bruselas, Marca Colombia y el Parlamento Europeo, es el primer gran reconocimiento que las instituciones europeas dedicarán al premio nobel desde su muerte, el pasado abril.

El evento en la sede de la Eurocámara en Bruselas, al que asistirá el presidente de esa institución, el alemán Martin Schulz, consistirá principalmente en un debate moderado por el director de Radio de la Cadena Caracol, Julio Sánchez Cristo, en el que participarán el escritor Juan Gabriel Vásquez, el biógrafo Gerald Martin y el hermano del escritor, Jaime García Márquez.

Para clausurar el evento el músico colombiano Fonseca ofrecerá un concierto acústico en el que interpretará varios de los clásicos vallenatos preferidos por Gabo y algunos de sus mejores éxitos.

La Embajada colombiana explicó que con esta conmemoración de cultura, literatura, música, periodismo y productos típicos, Colombia "estrecha los lazos con el bloque de los 28 países con quienes ya se tiene el acuerdo comercial", en referencia al pacto que ya ha entrado en vigor entre las dos partes y que busca impulsar sus economías y desarrollo sostenible.

La representación diplomática también aludió a la importancia de los trámites en marcha para que pueda concluirse la exención de visados para los ciudadanos europeos y colombianos.

jueves, 18 de septiembre de 2014

SUGERENCIA AL MINISTERIO DE CULTURA /TALLER LITERARIO TRIPLE LLAMA.


Un concurso literario tiene como objetivo principal motivar a los creadores con vocación por el cultivo de las letras y potenciar esa inclinación en la lectura y creación de textos literarios con valía universal. Es por ello, pues, que a partir de ese presupuesto, nosotros, como Taller Literario integrado por más de veinte jóvenes lectores y creadores de literatura, creemos que el Ministerio de Cultura, antes de hacer la convocatoria de un concurso de poesía o de cualquier género literario, antes de todo, enfatizamos, si la base de dicho concurso detalla la entrega de un incentivo metálico (dinero) concomitantemente con un certificado o reconocimiento, debe, primero, poseer dicho recurso económico como lo consigna la base del certamen. Decimos esto, porque si no se tiene a mano desde el inicio del concurso los recursos que servirán para motivar a los ganadores, entonces se corre el riesgo de hacer lo contrario al objetivo principal de la convocatoria. Si ello sucede, ¿qué efecto causaría o está causando tal descuido? Desmotivar, frustrar, desalentar, mermarles o tumbarles las alas a los que necesitan potenciar cada día más su vocación literaria, eso provocaría. Prueba: hace ocho meses o más que el joven poeta mocano Winston Paulino, ganó el Primer Lugar renglón Poesía del Concurso Nacional Sexto Certamen para Talleres Literarios de Cuentos y Poesías 2013 auspiciado por el Ministerio de Cultura, y hasta la fecha a ese joven, que al recibir la noticia como ganador en Poesía se forjó algunas metas con los $40, 000.00 que consigna la base del concurso que se le daría junto con el reconocimiento o pergamino, no se le ha cumplido o no se le ha entregado el incentivo metálico. Meta principal que se forjó el joven antes mencionado: con ese dinero graduarse. Es hijo de padres carentes de recursos, no trabaja, y creía que ese dinero se lo iban a entregar lo más pronto posible, y como se puede apreciar: ya van 9 meses y no le dicen nada, solamente que no hay dinero, y así no se puede trabajar, desvirtuando el objetivo principal del concurso literario aludido. Es lamentable que el joven poeta, Winston Paulino, tenga que acudir a sus miembros y subscribir públicamente estas notas como forma de sugerir y a la vez que le cumplan como establece la base del concurso. Eso no debe suceder, y más en una gestión gubernamental del Presidente Danilo Medina.

TODOS LOS MIEMBROS DEL TALLER LITERARIO TRIPLE LLAMA DE MOCA

sábado, 13 de septiembre de 2014

La sección Taller Literario Triple Llama, en el programa de TV ¨Butaca 3¨. Estuvo el abogado y poeta vegano Jorge Suárez autor, del poemario "EL CANTAR DE LAS LÁMPARAS"; donde, fue entrevistado por Winston Paulino. Este prestigioso programa, se a realiza todos los martes a la 5:00 PM, por Televiaduto, canal 3.

La sección Taller Literario Triple Llama, en el programa de TV " Butaca 3". Los miembros del taller literario; les hacen preguntas, al Coordinador Pedro Ovalles de dicho taller. Este prestigioso programa, se realiza todos los martes a la 5:00 PM, por Televiaducto, canal 3.

La sección Taller Literario Triple Llama, en el programa de TV "Butaca 3". Manuel Llibre Otero (narrador, poeta y ensayista), en una entrevista con Winston Paulino. Este prestigioso programa, se realiza todos martes a la 5:00 PM, por Televiaducto, canal 3.

Intuición decolonial.

Por WALTER MIGNOLO / LITERATURA 

Conocí a Alanna Lockward alrededor del 2009, quizás poco antes o poco después. Primero por intercambio de mensajes electrónicos. Fuimos puesto en contacto por la artista y activista serbia, residente en Berlín, Tanja Ostojic. En mayo del 2011 fue invitada a Duke University para participar en el taller y exhibición “Estéticas Decoloniales”, en el cual también participó Tanja Ostojic. Me fui enterando de a poco de sus múltiples talentos: escritora, bailarina en un momento de su vida, curadora y fundadora del fascinante Art Labour Archives. El año siguiente, mayo del 2012, fui invitado a Berlín donde Alanna lanzó su primer evento BE.BOP 2012 (Black Europe Body Politics 2012). Ahí me fui enterando también de cuanto Alanna estaba involucrada en la cuestión afro-dominicana-haitiana, afro-europea y africana, principalmente con Namibia.
Entre tanto alboroto cayó primero en mis manos el manuscrito de Marassá y la nada y al poco tiempo, la versión impresa. Marassá y la nada es la obra primeriza de una escritora ya formada. Es como si fuere su segundo o tercer libro. Una escritura escueta, precisa, sobria y a la vez compleja. Sentía en su lectura el rumor de un existencialismo caribeño a la vez que femenino. Y ahora, otra vez, cae entre mis manos otra sorpresa de Alanna: sus escritos periodísticos principalmente entre 1994 y 1998 (escritos en la isla), retrospectivamente extendidos a 2014 (escritos en Berlín).
Los textos nos ofrecen una ventana a la isla hacia finales del siglo XX. Racismo y generismo [1] campean por estas páginas. Pero no sólo eso, cuestiones políticas y económicas, así como las políticas migratorias que afectan a las trabajadoras sexuales y a los trabajadores manuales. Los textos trazan también un mapa que trasciende la isla y recorre sus conexiones con Miami y con México. Vistas en el marco de la historia larga desde que un tal Cristóbal Colón, de Liguria, creyó haber llegado a las “Indias” las situaciones bosquejadas en el libro están conectadas por un tema, mejor una lógica, que recorre los quinientos años de un “desvío” en y de la historia europea que terminó afectando e interfiriendo, hasta hoy, en el resto del planeta: la colonialidad.
Para quien conozca el personaje, colonialidad navega y campea en estos escritos. Claro, en aquel entonces Alanna no empleaba ni reflexionaba a partir del concepto, el cual hoy es evidente en las tres versiones de BE.BOP 2012, 2013, 2014. No obstante, es a menudo el caso que nos descubrimos en conceptos que no conocíamos pero que en nuestros andares cotidianos ya estábamos preparados para “descubrirlos”. Es lo que le ocurrió a Monsieur Teste cuando descubrió que hablaba en prosa.
¿Y en qué consiste la colonialidad? Es el lado más oscuro de la modernidad, se suele decir. Se dice también metafóricamente que la colonialidad tiene sus semejanzas con el inconsciente en el psicoanálisis: no se ve pero nos manipula. Y es también equivalente, metafóricamente, a la plusvalía en los escritos de Marx: no se ve, pero trabaja. En el primer caso el insconsciente se agazapa, pegado como una garrapata e invisible, al consciente. En el segundo, la plusvalía se disfraza haciéndonos creer que el salario es equivalente a la fuerza de trabajo. La colonialidad se esconde bajo la retórica luminosa de la modernidad. La palabra “modernidad” nos entrega siempre el espejismo y la promesa. No nos muestra la “colonialidad” puesto que la colonialidad nos sitúa en el descontento y el desierto. Si leemos cada una de las piezas aquí recogidas con estas premisas en mente, veremos que el descontento y la promesa son las dos caras de la misma moneda.
El racismo y el generismo, como lo vivimos y discutimos hoy, son los dos pilares de la colonialidad. Se suele contra-argumentar que “racismo” siempre existió y que también “generismo”. Sin duda en todas las culturas conocidas el ordenamiento social demanda la distribución de tareas entre los cuerpos que regeneran la vida, el cuerpo que se duplica durante nueve meses gestando la fecundación de un nuevo cuerpo, y el cuerpo que no está biológicamente formado para esta tarea. Pero hay una gran diferencia entre todas las organizaciones culturales (civilizaciones si queremos) existentes en el planeta hasta 1500 y la formación histórica que hoy identificamos como Civilización Occidental. Y esta diferencia es la siguiente: en ninguna de las culturas o civilizaciones anteriores a 1500 el ordenamiento social estaba ligado al tipo de economía que surgió a partir de 1500 y que desplazó el peso político-económico del Mediterráneo al Atlántico. Ese tipo de economía consistió en invertir el excedente para incrementar la producción y también las ganancias. En la filosofía liberal y marxista este tipo de economía recibe el nombre de “capitalismo”.
En otro vocabulario, el del proyecto modernidad/colonialidad, hablamos de “colonialidad económica”. La colonialidad económica no consiste solamente en transacciones de explotación del trabajo, apropiación y expropiación de tierras, producción y distribución de mercancías. Consiste también en la formación e intensificación de un emocionar que domina el razonar y poner las mercancías primero y las vidas humanas en segundo plano. Si reflexionamos sobre esta simple formulación entendemos, en el amplio marco de la modernidad/colonialidad, tanto el emocionar de Arístides como las consecuencias raciales y sexuales que transitan en las poblaciones para las cuales, hoy más que nunca, el estado y la economía no están a su servicio sino, al revés, las poblaciones están al servicio del estado y la economía.
Los relatos y situaciones descritas por Alanna en este conjunto de artículos periodísticos surgieron de una intuición que, en ese momento, no tenía todavía una teoría decolonial que la respaldara. Pienso también que la alegría con que Alanna se reencuentra con estos artículos es, en gran parte, porque la Alanna de hoy se encuentra en una dimensión teórica que, en aquel momento, germinaba ya en su intuición de dominicana, conectada con lo afro —que le permitía entender los avatares de Haití, desde su formación como estado independiente así como también las injusticias de la dominación sexual.
Si la colonialidad es el lado oscuro de la modernidad, la decolonialidad es la esperanza. Es la decolonialidad quien nos revela que la modernidad de las promesas y las promesas de la modernidad ocultan siempre el descontento de la colonialidad. El descontento surge de la humillación de las clasificaciones que establecen jerarquías raciales y sexuales, y también nacionales. El estado-nación, en todas partes y desde el Siglo XVIII, fue una institución moderna que se fundó sobre la colonialidad: las vidas nacionales son siempre más valiosas que las vidas no nacionales. La “nacionalidad” se sobrepone a la “humanidad”.
De esa manera, se crean “vidas desechables” (racializada, sexualizada y nacionalmente). La toma de conciencia de que modernidad/colonialidad es una máquina de producir injusticia, nos lleva a la decolonialidad. La colonialidad genera heridas coloniales, humillaciones. La decolonialidad nos sitúa en la sanación de esas heridas y en la afirmación y el autorrespeto. La decolonialidad es liberadora y revolucionaria en la medida en que nos ofrece la opción de desprendernos de jerarquías que no son ontológicas sino ficciones moderno/coloniales. Desprendernos de esos espejismos es una tarea cotidiana y a todos los niveles. “Un Haití dominicano” contribuye a esta tarea en la medida en que nos invita a emocionar de una manera u otra las relaciones entre las dos partes de la isla.
Walter Mignolo
Semiólogo, director del Center for Global Studies and the Humanities, Duke University Durham, Carolina del Norte, 31 de agosto, 2014.

En síntesis
Si el racismo consiste en la clasificación y devaluación de etnicidades, el generismo consiste en la clasificación y devaluación de sexualidades. Racismo y generismo forman nuestras emociones que luego nos dictan nuestros razonamientos para justificar o denostar tales clasificaciones.

Aporte. Poderes de la literatura y crítica literaria.

Por EUGENIO GARCÍA CUEVAS 
No importa si benigno o maligno, la literatura-ficción es poder y la crítica literaria –ficción sobre ficción–, si no una voluntad de serlo, es también poder. Como lector especializado que se le supone o se le reconozca, las armas del crítico literario profesional serán, entre otras, la orientación metodológica que sostengan sus lanzas, ya sean estas formalistas, estructuralistas, post- estructuralistas, desconstruccionistas, psicoanalíticas, semióticas, sociológicas o silvestres, entre otros dispositivos auxiliares. Las armas del crítico no garantizan, sin embargo, victoria de nada ni sobre nada. Se trata de un asunto de argumentación. No hay crítica total ni final de un texto literario válido. Quizás lo único seguro en un crítico es decirle a quien le escucha o lee es cómo fue que leyó el texto criticado o comentado en cuestión.
La literatura-ficción –siempre y cuando se sostenga– en cambio, va por otras rutas. Sus blancos, espacios y tiempos son más permanentes. Por ello que El Quijote, Cien años de soledad, Trilce, de César Vallejo, y Clima de eternidad, de Franklin Mieses Burgos, por solo poner algunos ejemplos, serán perennemente lo que son y las lecturas críticas sobre ellas serán parciales. Cada crítico profesional o de oficio las enfrentará con las armas que mejor crea manejar para administrar sus asedios. La obra literaria, una vez cerrada y lanzada como artefacto material o digital al escenario de la difusión siempre estará ahí, a la espera de los ataques o los elogios de los críticos. Tanto la aprobación como la desaprobación de una obra son armas influyentes y atraen: el aplauso y el abucheo pueden tener la misma dosis de griterío. Pero el escudo y poder de la obra literaria está en su autosuficiencia, si la porta, claro. Además del poder político, los poderes pueden ser diversos, pero el de la literatura, ya sea poesía, narrativa, teatro o prosa ensayística reside en sí misma. No se olvide que poder es también influir, imponer y dirigir. No debe dejarse de lado tampoco que en la expresión escrita las armas más efectivas son la retórica, la elocuencia y la persuasión.
Los poderes del crítico se legitiman a través del medio en que exponga, ya sea de difusión masiva, especializado o de la disertación oral en las academias o en otros lugares puntualizados para ello, como pueden ser los salones y las tertulias abiertas o cerradas. A veces una reflexión sobre un texto generado en un diálogo privado es luego difundida por uno de los participantes pasivos o activos que se apropia del juicio o del insumo y lo divulga como si fuera suyo y este tendrá un impacto determinante en la recepción de la obra. Cuántos juicios no hemos leído que no son en principio del que lo divulga sino de un desconocido del que nunca sabremos quién es, pero que damos como propio de quien lo publicó: el calco y la rapacidad no solo se plasman en la escritura que se hace pública sino también en la oralidad: esta última muy rara vez se cita. En los diálogos y las discusiones colectivas hay a veces mucha generosidad y gratuidad espontánea. Es sabido que no todo el que lee, luego escribe o publica sus apreciaciones sobre sus lecturas.
Por ser un poder provisional y en construcción constante –que no debemos subestimar– más que el dominio de la crítica literaria profesional me interesa abordar la autoridad y soberanía que emana de la literatura-ficción, tal y como la tanteara ocho años atrás (2006) Antoine Compagnon en una lección magistral que ofreció en el College de France y que luego publicó con el título de ¿Para qué sirve la literatura? (Acantilado, 2008). Aunque el título no es nada original –cada vez es más poco lo nuevo– me parece acertado que a esta temprana altura del siglo XXI la interrogante vuelva a ser lanzada. Contra las voces apocalípticas y las competencias que la literatura-ficción confronta en un mundo hipermediatizado, declara Compagnon, que es evidente que ante el auge de “las ciencias exactas y sociales, sino también frente a lo audiovisual y lo digital… la literatura ha entrado en la era de la sospecha”… y que cada vez es más evidente la “disminución de la cultura literaria”.
Fiduciario de las mismas preguntas que también hicieron Charles Du Bos y Jean Paul Sartre, Compagnon recicla: “Qué es la literatura?… ¿Qué puede hacer la literatura? ¿Para qué sirve la literatura? Una categorización resuelve parcialmente sus interrogantes: la literatura siempre expresará,verá, escuchará y dirá cosas que ninguna otra disciplina cognoscitiva puede expresar. Sus referentes para tal afirmación son Montaigne, Baudelaire y Proust, entre otros. He aquí entonces una de sus apologías sobre el poder de la literatura y de la lectura: “Leemos porque, aunque leer no sea indispensable para vivir, la vida es más agradable, más clara, más rica para aquellos que leen que para aquellos que no lo hacen”.
La disertación de Compagnon esgrime un discurso laudatorio sobre la literatura-ficción y centra sus reflexiones en una hilera de poderes fundamentales (espacialmente tres) que le reconoce y otorga al modo de representación más influyente en la cultura occidental hasta no hace mucho tiempo. Dice Compagnon: Posterior a Aristóteles “desde Horacio hasta Quintiliano y hasta el clasicismo francés… la literatura instruye a la vez que produce placer, de acuerdo con la teoría clásica del dulce et utile… Con la literatura, lo concreto substituye a lo abstracto y el ejemplo a la experiencia”, expone al referirse al campo narrativo, más concretamente a la novela.
Acercando la literatura-ficción a una instrumentalización pedagógica cercana a la ilustración amplía que “fuente de inspiración, la literatura contribuye al desarrollo de nuestra personalidad o a nuestra educación sentimental, como hacían las lecturas devotas entre nuestros antepasados. La literatura permite acceder a una experiencia sensible y a un conocimiento moral que sería difícil, incluso imposible, adquirir en los tratados filosóficos. Contribuye, por tanto, de forma insustituible tanto a la ética práctica como a la ética especulativa”.
Si no solo el saber es poder, sino también el pensamiento, entonces Compagnon no evade la relación literatura-pensamiento. Va su argumento: “La literatura es un ejercicio de pensamiento; la lectura, una experiencia de las posibilidades. Nada me ha hecho nunca percibir mejor la angustia de la culpa que las apasionadas páginas de Crimen y Castigo en que Raskolnikov reflexiona sobre un crimen que en realidad no ha tenido lugar, y que cada uno de nosotros ha cometido”. En otras palabras, como ya dijera Italo Calvino, que “hay cosas que solo la literatura puede ofrecernos”, cita Compagnon.
Es posible que para algunos las reflexiones de Compagnon tengan un trasunto de anacronismo, propio del intelectual melancólico del que en 2011 hablara Jordi Gracia en forma de planfleto. Creo, sin embargo, –solo como un lector y un crítico ocasional más– que vale la pena arriesgarnos a pensar e intentar darle respuestas a las viejas preguntas del francés en el contexto de la literatura dominicana. Digo esto último porque Compagnon se hace sus preguntas apuntando al contexto de la literatura francesa actual que por lo visto parece que también demanda de estas interrogantes para mirarse a sí misma.
En síntesis
Poderes del crítico
Los poderes del crítico se legitiman a través del medio en que exponga, ya sea de difusión masiva, especializado o de la disertación oral en las academias o en otros lugares puntualizados para ello, como pueden ser los salones y las tertulias abiertas o cerradas.