Salter, que hacía pocos días había celebrado su cumpleaños, falleció repentinamente durante una sesión con su fisioterapeuta.
Nueva York.- El escritor estadounidense James Salter, conocido por títulos como "Juego y distracción", murió el viernes a los 90 años, según confirmó su esposa a "The New York Times".
Salter, que hacía pocos días había celebrado su cumpleaños, falleció repentinamente durante una sesión con su fisioterapeuta. El escritor trabajó casi hasta el último momento y acababa de firmar un contrato para su autobiografía.
Nacido el 10 de junio de 1925 en Nueva York, Salter celebró éxitos con novelas como "Juego y distracción" (1967) o "Años Luz" (1975). Su última novela, publicada en 2013, llevaba por título "Todo lo que hay" y fue aclamada por la crítica.
Tras la publicación de ese libro, "The New York Times" aseguró que había conseguido un lugar en el "Monte Rushmore de los escritores", en referencia al monumento que homenajea a los presidentes estadounidenses.
Pero a pesar de las alabanzas de la crítica, Salter nunca logró situarse en la primera línea de la literatura estadounidense, junto con autores como Philip Roth, John Updike (fallecido en 2009) o Jonathan Franzen.
Siempre fue considerado un "escritor para escritores", una definición que no le gustaba. "Parece que escribiese demasiado bien, me parece ridículo", explicó una vez.
Salter, al que en una ocasión "The Guardian" se refirió como "héroe olvidado de la literatura estadounidenses", también escribió guiones de cine, entre ellos el de "Downhill Racer" (1969), protagonizada por Robert Redford.
Pero el trabajo para Hollywood le desilusionó pronto, explicó en una entrevista con dpa. "Es una pérdida de tiempo", apuntó. "Hay que escribir mucho y sólo se utiliza una cuarta o quinta parte".
Salter también publicó relatos e incluso un libro de cocina junto con su esposa, la también escritora Kay Elredge. Con ella pasaba la mayor parte del año en una casita en Bridgehamton, en Long Island, cerca de Nueva York. Casado en dos ocasiones, era padre de cuatro hijos y tenía cuatro nietos. Y hasta el final puso palabras a sus obras a mano y con máquina de escribir.
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