miércoles, 2 de junio de 2010

FINGIDO SUMISO


Las melancolías encarceladas

por el mar de mis anhelosgritaron

a la infinita presenciade una perenne

memoria idílica.Coleccionaron mis

esperanzas,desvistieron todos los sueños

perdidos en el tiempoy vendieron colores

al grisáceo recuerdode todos mis inexistentes

olvidos.Como una cascada de soledadaparece

una diáfana miradajunto al litoral

de una consonancia que recorrió los

ríos de vaga incertidumbre,los que en

algún inexacto momentocircularon por

las nubes de amistad,escondidas en el más

recóndito amanecer de mis lunas.

Una taciturna frase transitó por

mi conciencia vociferando la llegada

del legendario aroma de aquellos sombríos ojos,

que con nostalgia desprendieron esa

mirada por todo mi acaecido existir,siendo

testigo de una colina de pasiones

baldías,de costados sin principio ni fin,

de torrentes de amargura acampando

en ese corazón y estúpidos deseos

recorriendo tan grotesca psiquis infestada

de las garrafales primaveras de odioque

conforman el contingente espécimen de

quien dice llamarse un inocente sujetode

un desatinado acontecimiento de amor.

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